jueves, 24 de diciembre de 2015

Convencidos en Celebrar la Navidad.

"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto"
. (Isaías 9:6-7)

El día de navidad como celebración tal como la conocemos hoy día, tal vez nació a partir del año 354 DC (https://es.wikipedia.org/wiki/Navidad). No obstante, si se estudira más atentamente la historia y los eventos circundantes a uno de los hechos más importantes de la humanidad, podríamos llegar a conclusión que el "nacimiento" de Jesús ocurrió en otro momento.

Pero fuera de caer en la vana discusión acerca de la fecha exacta en la cual se hizo carne en medio de nosotros el Hijo de Dios (el cual es desde siempre y hasta siempre, pues no tiene inicio ni final - Hebreos 7:3), lo importante realmente es por qué debemos o no celebrar este día, así como realmente conocer qué signfica.

Personalmente, el festejar "La Navidad" me parece no sólo acertado, sino sumamente importante, ya que nos recuerda y nos permite transmitir a nuestras generaciones (Deuteronomio 6:7) que un maravilloso día se cumplió la Palabra dada por nuestro Dios a sus profetas, la cual requería que el único capaz de salvar a la humanidad de su pecado llegara a este mundo para así lograr nuestra redención del pecado y nos brindara la libertad de la muerte.

Si bien esta fecha puede considerarse como "comercial" (pues para muchos realmente quizás sea sólo eso), este día es propicio para en familia reflexionar sobre el maravilloso amor de Dios "que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).

Hoy a 2015 años (según el calendario gregoriano, el cual estoy seguro que está equivocado e historicamente así ha sido comprobado) del "nacimiento" de Jesús, lo más importante a mi parecer, es poder compartir con nuestros padres, hijos, esposos, familiares, amigos, vecinos e incluso desconocidos, la maravillosa noticia que fue dada por los ángeles a los pastores en el campo aquella noche: "No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor". (Lucas 2:10-11).

Jesús vino a este mundo como hombre por una sola razón: Salvar nuestras vidas, dándonos a conocer a la Verdad (Él mismo), pagar el precio por nuestro pecados (muerte en la cruz) y darnos vidad eterna (restaurar nuestra comunión con Dios para siempre).

Mi invitación es para que hoy puedas tomar tiempo para compartir esa maravillosa noticia (evangelio), pues si hay algo qué celebrar hoy y de lo cual estoy convencido, es que Jesús vino a darnos su vida y nos está preparando una morada eterna para disfrutar con él por siempre (Juan 14:2-3).

¡Feliz Navidad!

viernes, 6 de febrero de 2015

Convencidos de una nueva creación

"Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación" Gálatas 6: 15. De esta manera se dirigía el apóstol Pablo a los discípulos de Galacia con el fin de exhortarlos y edificarles en su crecimiento en Cristo.

Si bien Pablo dirigía esta carta con el fin de corregir una desviación que se presentaba en Galacia con respecto a los discípulos (quiénes erróneamente comenzaron a buscar justificarse a través de las obras de la Ley), creo que nuestro Padre por medio de esta porción de la Escritura respondió a una pregunta que le efectuaba hace unos días: ¿Qué podemos esperar para este año en medio de tanta incertidumbre?

Particularmente, el país de mi nacimiento: Venezuela, afronta una crisis económica sin precedentes en nuestra historia contemporánea, aunado a un crisis moral, legal e incluso dentro de la Iglesia de Cristo, parcializada políticamente, cuando como ciudadanos del Reino de Los Cielos, nuestra única parcialidad debe ser los intereses de nuestro Rey y Señor: Jesucristo.

Dentro de este contexto le preguntaba al Señor: ¿Qué esperar en este nuevo año 2015 para mi tierra? Muchos de mis hermanos han migrado (no les juzgo por ello) buscando otras oportunidades para ellos y sus hijos, otros por su parte han tomado la decisión de quedarse y seguir luchando en esta tierra que nos vio nacer, sin embargo la pregunta para mí seguía en pie: ¿Qué hacer?

Creo que cuando el Señor me condujo a la carta de Pablo a los Gálatas recibí su respuesta: "Es necesaria una nueva creación". Venezuela necesita una renovación total, comenzando por la Iglesia de Cristo, la cual como Luz y Sal de esta tierra pueda impactar las vidas de cada uno de los habitantes de nuestra nación.

Estoy convencido (y así se lo compartía a mi esposa) que Venezuela está pasando por un duro proceso producto de su pecado y la maldad que se ha ido acumulando a lo largo de los años (robos, muertes, impunidad, corrupción, inmoralidad), por lo cual su única solución es una renovación total de la mente y corazón de los habitantes de nuestro preciado territorio.

Es necesario entender que quienes estamos colocados en esta tierra para cambiar los rumbos erróneos de nuestra nación somos los creyentes: La Iglesia. La carta de Pablo los Romanos en su capítulo 12, verso 2, reza los siguiente: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta".

Recuerdo que en una ocasión nuestro Pastor Jacobo Beomón citaba esta escritura bajo una traducción más sencilla según lo traduce la versión Dios Habla Hoy: "No vivan ya según los criterios de este tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que es grato, lo que es perfecto". Venezuela necesita cambiar su mente y corazón.

Estoy convencido que como Iglesia se nos ha dado el Poder y la Autoridad para cambiar a nuestra nación (Juan 14: 13), pero eso sólo sucederá cuando unidos como Iglesia dejemos a un lado nuestros intereses netamente personales y coloquemos por delante los intereses de nuestro Señor: La Salvación de nuestra nación.

Creo verdaderamente que como Iglesia podemos transformar este mundo. Si bien es cierto que vivimos en los Últimos Tiempos y la manifestación del Anticristo se hace más evidente y próxima, así como el retorno de nuestro Señor está cada vez más cerca, algo que nunca olvidaré fueron unas palabras que nos recordó nuestro pastor Ian Achong en una oportunidad: "Y será predicado este evangelio del Reino a todo el mundo, para testimonio de las naciones; y entonces vendrá el fin". Jesús no vendrá antes que esto suceda.

Será la predicación de este evangelio y la transformación de millones de vidas lo cual permitirá que el cumplimiento de las Palabras del Maestro para su retorno se "materialicen". Necesitamos llevar la renovación en Cristo Jesús primero a nuestra nación, es nuestra responsabilidad como Iglesia, y ello debe suceder en cada rincón de la Tierra.

Estoy convencido que para Venezuela vienen nuevos tiempos, pero debemos esforzarnos y ser valientes como Josué para traer luz a nuestro país, y a través de la misericordia de Dios, lograr que Venezuela pueda ser renovada a través de una nueva creación en Cristo, pues sólo así podremos ver el cambio que tanto anhelamos, no sólo para nuestra tierra, sino también para el mundo.

Dios les bendiga.


Douglas y Dayana García.