“En todo tiempo te
alabaré. En todo tiempo te adoraré”. Así reza el coro de la canción entonada por
nuestro hermano Danilo Montero en su producción “Te Alabaré”.
Meditando
un poco en la letra de esta canción, procedimos a dirigirnos a la escritura y
escudriñar un poco más al respecto, ya que el día de hoy, domingo 18 de marzo,
nuestro Pastor Carlos Chacín estuvo recordando nuestra posición como creyentes
del Rey de Reyes y Señor de Señores, como genuinos adoradores de nuestro
Salvador y de su obra maravillosa en y alrededor de nuestras vidas.
Por
lo anterior, escudriñamos un poco más una historia que desde el primer momento
en que llegó a nuestros oídos, alma y espíritu, cautivó nuestra atención, por
la maravillosa obra de Dios llevada a cabo a través de la confianza, la
alabanza y adoración de un rey de Israel, quien reconoció que solamente en Dios
residía su fortaleza y seguridad.
En
el capítulo 20 del libro de 2da de Crónicas, entre los versos 1 al 30, se narra
la historia sobre como dos pueblos vecinos a la nación de Israel que habitaba
en el territorio de Judá, Moab y Amón, vinieron en guerra contra el pueblo que
se encontraba para ese momento bajo la guía del
Rey
Josafat.
Lo
más resaltante de toda esta situación, es que en medio de las circunstancias que
eran visiblemente adversas, aún a pesar de su temor, el Rey Josafat reconoció
inmediatamente que él no podría hacer frente a la amenaza que se cernía sobre
su pueblo, pero sí había alguien que podría librar y batallar por su nación,
aquel que había cumplido su promesa para con su amigo Abraham, y había
levantado una nación, que a pesar de ser esclava por cuatrocientos años, la
libró con prodigios señales y maravillas: Jehová Dios.
El
rey inmediatamente convocó al pueblo a buscar -junto a él como líder- en Dios
la salida ante tal situación de peligro, ante lo cual el Señor que conoce cada
corazón, conociendo la fe de la nación, no tardó en responder las siguientes
palabras: “No habrá para qué peleéis
vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con
vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra
ellos, porque Jehová estará con vosotros” (2da Crónicas 20: 17).
Inmediatamente
que el pueblo se alistó, se presentó la situación que más nos llama la atención
de este relato, pues cuando ya se preparaban para salir a la guerra, el rey
ordenó que delante del ejército fuera un grupo cantando y alabando a Jehová, lo
cual apenas comenzó, tuvo tal efecto que Dios mismo se encargó de colocar las
emboscadas de los enemigos de su pueblo contra ellos mismos, ocasionado que se
mataran unos a otros, logrando así que el pueblo de Judá lograra la victoria
sobre sus enemigos sin siquiera levantar un arma.
Pero,
¿a dónde queremos llegar compartiendo este relato contigo, apreciado(a) y amado(a)
lector(a)? Nosotros estamos convencidos, que bien sea que estés pasando en este
momento por una circunstancia difícil, o bien pudieras llegar a vivirla, si
colocas tu esperanza y confianza en Dios, podrás ser librado de ella incluso
sin el uso de tus propias fuerzas, tan sólo si puedes creer en que el Altísimo,
quien pagó por ti el precio de tus pecados, puede librarte y darte la victoria.
No
queremos con ello decir que en Dios no tendrás problemas, o que tu vida será
sólo victorias y éxitos, sino que en este proceso que nuestro Padre nos está
permitiendo vivir, preparándonos para una gloriosa eternidad a su lado, siempre
que pases por momentos difíciles o truncados, si eres capaz de creer y confiar
que en Jehová nuestro Padre está tu refugio y auxilio, puedes tener por seguro
que tuya será la victoria, y con toda confianza podrás alabarle y proclamar
ante el mundo sus maravillas para con tu vida (Salmo 27: 1-6).
Dios
te bendiga.
Douglas y Dayana
García
Editores