"Los ojos de todos esperan en ti, Y tú les das su comida a su tiempo. Abres tu mano, Y colmas de bendición a todo ser viviente. Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras. Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará*. Jehová guarda a todos los que le aman, Mas destruirá a todos los impíos". Salmos 145:15-20
Hay una canción de Jesús Adrián Romero que dice así: "Esperar en ti difícil sé que es. Mi mente dice no, no es posible, pero mi corazón confiado está en Ti. Tú siempre has sido fiel. Me has sostenido".
La mayoría de Los Salmos fueron escritos por el rey David o contemporáneos a él, eso quiere decir que el mayor contenido de este libro data aproximadamente entre los años 1.000 y 975 (aunque hay algunos mucho más antiguos e incluso otros también posteriores).
Hago mención a esto, pues en aquel tiempo distaban de tener una vida tan acelerada como la nuestra, sin embargo, el esperar en una situación apremiante: Desespera.
Hoy estamos en la era "microondas", donde todo debe ser rápido (por no decir inmediato), por lo cual creo que esperar de ha hecho incluso más difícil, sin embargo hay ocasiones donde no hay más opción que esperar, pues nadie puede hacer más nada al respecto.
Todos afrontamos situaciones que se escapan de nuestras manos, como por ejemplo: no poder concebir, no poder sanar en medio de una enfermedad, no poder ayudar a alguien aún cuando lo deseemos con todas nuestras fuerzas y una lista tal vez interminable.
Sin embargo, tenemos promesa y certeza (si le creemos a Dios) de que nuestro Salvador está cercano a escuchar nuestro clamor, y que así mismo nos responderá y nos dará su salvación.
En esos momentos de dura prueba, clamemos y esperemos, pues como dice Su Palabra, Él nos oirá y nos salvará.