La Palabra de Dios en el libro de Los Salmos en sus
capítulo 27: 1-6 nos habla de la siguiente manera: “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la
fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra
mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos
tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi
corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado. Una cosa he
demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los
días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su
templo. Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará
en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará
mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su tabernáculo
sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová”.
El rey David cuando escribió estas letras, inspirado por
el Espíritu Santo, no se encontraba en el mejor momento de su vida, quizás el
momento exacto en el cual se encontraba era en medio de una batalla de las
muchas que peleó, o incluso era cuando se encontraba huyendo del rey Saúl cuando
éste buscaba matarle.
El Espíritu Santo hoy desea hablarnos a través de esta
escritura nuevamente, para recordarnos algo muy importante, y eso es que
mientras nuestras confianza esté siempre en él no tenemos porque desmayar por
la angustia y la preocupación.
David declaraba poderosos principios de vida para el
creyente, los cuales requieren que nuestra fe se mantenga firme y sin
tambalear, para que podamos ver en nuestro día a día la poderosa mano de Dios.
1. Si
estoy Convencido que Jehová es mi luz y salvación, no tengo por temer, mi Padre
me guardará siempre de todo mal, pues Él es mi fortaleza, y como mi Padre Él me
guardará.
2. Aún
cuando los problemas parecieran que me arropan y no me dejan escape, si mi
confianza está en Él, puedo estar Convencido que Él me librará.
3. Si
mi prioridad es estar en su presencia cada día, nada que el mundo pueda hacer
contra mí me dañará, pues Él me esconderá y me guardará.
4. Si
descanso en Él, puedo estar Convencido que mi recompensa vendrá de su parte sin
defecto y sin mengua, por lo cual mi prioridad debe ser dar mi vida para su
gloria y alabanza.
Te animo a no desmayar ni a dudar que el Padre de los
cielos y Dios todo poderoso guardará tu vida en todo momento si estás
Convencido que él puede hacerlo y además te insto a darle por ello la gloria y
la honra en todo momento.
Dios te bendiga.
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