jueves, 11 de abril de 2024

Convencidos de la justicia a través de Cristo.

"Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, ***pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado***. Pero en estos sacrificios cada año **se hace memoria de los pecados**; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre". (‭Hebreos 10:1-10 RVR1960).

Una de las cosas, que a mí parecer, sin más interesantes e importantes en esta porción de la carta a Los Hebreos, es la exaltación y denotación del sacrificio de nuestro Señor en la cruz. 

Acá se desecha el "continuo sacrificio", pues el mismo es memoria de nuestro pecado, el cual finalmente no se puede pagar o limpiar por éste, pero el sacrificio de nuestro Redentor, fue perfecto, por lo cual sólo requirió ser efectuado "una vez y para siempre".

Nuestra fe debe descansar en el sacrificio de nuestro Señor, el cual nos ha justificado ante el Padre (Romanos 3:24-26).

Sometámonos pues, al señorío de Cristo, vivamos para Él, quien en Su amor nos escogió para salvación. 

Esa debe ser una de nuestras principales convicciones.

Bendiciones. 


Douglas Garcia
11/04/2024


jueves, 24 de diciembre de 2020

¡Feliz Navidad!

 “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. (Isaìas 9:6 RVR 1960)


Hoy celebramos “Nochebuena”, víspera del natalicio en nuestra Tierra de Jesucristo. En esta fecha es común compartir regalos, compartir la cena en familia, en fin, un momento para compartir junto a amigos y familia en sana armonía.


En este marco, a ustedes mi amigos y familia, me gustaría compartirles una reflexión. La cita bíblica a la cual hago referencia fue escrita por un profeta hebreo, durante el siglo VIII antes de Cristo, sin embargo, nos hacía referencia a un evento tan importante, que al día de hoy lo celebramos.


Si bien Jesús, siendo Dios, no tiene principio ni fin, es decir, es eterno y su vida no comenzó hace poco más de dos mil años, su encarnación se debió a un propósito eterno, el cual no era otro, que el rescate de nuestras vidas, perdidas de la presencia de Dios debido a nuestro pecado y el darle la espalda a la soberanía de Dios. Este pecado nos alejó de Él, y nos condenó a la muerte.


El evangelio según San Juan dice así: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (San Juan 3:16 RVR 1960). Esto significa que si Jesús, siendo Dios, decidió venir a nuestro mundo para vivir como hombre, naciendo de una mujer, padeciendo al igual que nosotros de las circunstancias de este mundo, fue porque su amor para con nosotros fue sumamente grande, tan grande, que ofreció finalmente su vida en una cruz para pagar la condena por nuestro pecado.


Hoy es momento propicio para entender, que si celebramos el nacimiento de Jesús, es porque fue el inicio de la consumación del plan de Dios para darnos vida y poder tener libertad para acercarnos a Él.


Celebremos estas fiestas con gozo y alegría, teniendo presente que Navidad es la fiesta donde recibimos el mayor regalo, la vida del Hijo de Dios, la cuál nos regaló el Todopoderoso Creador del universo para reconciliarnos con Él, y poder disfrutar de la genuina y verdadera vida, conociéndole a Él y viviendo sus propósitos de bien para nosotros.


¡Feliz Navidad! Que la gracia, paz y amor de nuestro Señor Jesucristo sea con cada uno de ustedes.

lunes, 20 de abril de 2020

Convencidos de la provisión y el cuidado de nuestro Dios

"No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". Filipenses 4:11‭-‬13 RVR1960

Hoy en medio de la pandemia, cada persona está en diferentes circunstancias. Hay los que tienen abundancia, como los que tienen necesidad. 

En nuestro caso primeramente debemos confiar. Nuestro Padre no descuidará ninguna de nuestras necesidades, siempre y cuando, confiemos en Él y le creamos a Su Palabra.

En segundo lugar debemos practicar un mandato de nuestro Señor: "sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad" 2 Corintios 8:14 RVR1960. Esto es, velar por nuestros hermanos en escasez.

Hoy es momento de creer: Creer en que nuestro Señor nos guardará de todo mal e igualmente nos suplirá toda necesidad.

Su Palabra nos promete: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús". Filipenses 4:19 RVR1960.

Hoy les insto a creer. El rey y profeta David escribió lo siguiente: "Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.  Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados". Salmos 40:1‭-‬5 RVR1960.

Seamos bienaventurados, y confiemos en nuestro Dios. Bendiciones.

Douglas y Dayana García.
20/04/2020

domingo, 12 de abril de 2020

Convencidos de la Resurrección de Cristo


“Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres. Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (1 Corintios 15:12-23 - RVR 1960).

El día de hoy, es un día mundialmente reconocido como una fecha de celebración cristiana. Sin embargo, no para todos tiene la misma importancia o significado. Dependiendo de la cultura o tradición es un día digno de recuerdo o un día más, pudiendo ser igualmente como un día sagrado o un día comercial, significando para algunos vida o incluso decepción o desesperanza por “falta de respuesta” de parte de Dios.

Para quienes hemos creído en Jesús como Señor y Salvador, es un día que nos recuerda que todos nosotros tenemos una esperanza, y una certeza: Aunque es muy cierto que algún día moriremos, también es cierto, que quienes hemos creído a nuestro Señor Jesucristo, también resucitaremos cuando Él vuelva: Ésta es la base de nuestra fe.

La Palabra de Dios define la fe así: “La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver” (Hebreos 11:1 – NTV). Esto implica que cada persona que ha decidido creerle a Jesús, ha de la misma manera creído que resucitará juntamente con Cristo, de la misma manera que Él también resucito, como dice también Su Palabra: “en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria” (1 Corintios 15:52-54 – RVR 1960).

Debido a sus promesas, y debido a la realidad de su resurrección, nuestra fe nos permite tener nuestros ojos puestos en Jesús: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).

Continuemos pues, confiando y creyendo, que a pesar de las adversidades, nuestra fe en Él nos permitirá mantenernos firmes, convencidos de su amor y de que nuestra vida está en Él guardada (Colosenses 3:3).

Douglas y Dayana García
12/04/2020

miércoles, 1 de enero de 2020

Nuevas todas las cosas

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas". 2 Corintios 5:17

Es costumbre para muchos, sin distingo de clases sociales o culturas (aunque tal vez no en la misma fecha), detenerse a efectuar un análisis de lo transcurrido y alcanzado en un año que finaliza, pues representa un punto de corte importante en el cual se puede evaluar lo alcanzado, lo no logrado y aquello que se anhela.

Como discípulos del Maestro, es necesario que entendamos y no olvidemos, que desde el mismo momento en el cual le conocimos, en nuestra vida hubo un "punto de corte", representando este, el inicio de una nueva vida, donde las cosas viejas deben quedar atrás (pasar), dando paso a una "nueva vida".

Este fin e inicio de año es propicio para evaluarnos,  un buen momento para preguntarnos, y preguntarle al Espíritu Santo, si le hemos permitido que haga nuevas todas las cosas en nuestra vida.

Es mi deseo, que este nuevo año sea para cada uno, el inicio de un tiempo propicio para que el Espíritu Santo pueda hacer en nosotros NUEVAS TODAS LAS COSAS.

¡Que nuestro Señor Jesucristo les bendiga abundantemente!

Douglas y Dayana García

martes, 5 de noviembre de 2019

Convencidos de confiar y clamar en medio de la prueba

"Los ojos de todos esperan en ti, Y tú les das su comida a su tiempo.  Abres tu mano, Y colmas de bendición a todo ser viviente. Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras. Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras.  Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará*. Jehová guarda a todos los que le aman, Mas destruirá a todos los impíos". Salmos 145:15‭-‬20

Hay una canción de Jesús Adrián Romero que dice así: "Esperar en ti difícil sé que es. Mi mente dice no, no es posible, pero mi corazón confiado está en Ti. Tú siempre has sido fiel. Me has sostenido".

La mayoría de Los Salmos fueron escritos por el rey David o contemporáneos a él, eso quiere decir que el mayor contenido de este libro data aproximadamente entre los años 1.000 y 975 (aunque hay algunos mucho más antiguos e incluso otros también posteriores).

Hago mención a esto, pues en aquel tiempo distaban de tener una vida tan acelerada como la nuestra, sin embargo, el esperar en una situación apremiante: Desespera.

Hoy estamos en la era "microondas", donde todo debe ser rápido (por no decir inmediato), por lo cual creo que esperar de ha hecho incluso más difícil, sin embargo hay ocasiones donde no hay más opción que esperar, pues nadie puede hacer más nada al respecto.

Todos afrontamos situaciones que se escapan de nuestras manos, como por ejemplo: no poder concebir, no poder sanar en medio de una enfermedad, no poder ayudar a alguien aún cuando lo deseemos con todas nuestras fuerzas y una lista tal vez interminable.

Sin embargo, tenemos promesa y certeza (si le creemos a Dios) de que nuestro Salvador está cercano a escuchar nuestro clamor, y que así mismo nos responderá y nos dará su salvación.

En esos momentos de dura prueba, clamemos y esperemos, pues como dice Su Palabra, Él nos oirá y nos salvará.

sábado, 2 de noviembre de 2019

Convencidos de que Dios está junto a nosotros en medio de la prueba

"Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec". Hebreos 5:7‭-‬10

Una pregunta pertinente que podría llegar a realizar cualquier creyente e incluso un incrédulo es la siguiente: ¿Por qué Dios permite que sus hijos (quienes han aceptado a Jesús como su Señor y Salvador: Juan 1:12) sufran dolor o pruebas que puedan incluso generar mucho sufrimiento?

Hoy como padre puedo entender, que en ocasiones mi hijo debe pasar y vivir situaciones que no son nada agradables (como una ocasión en la que le vi llorar y quejarse con dolor para poder tratar una infección de oído que contrajo, pero que posterior a ello sanó), pero por más dolorosas que sean, son inclusive inevitables y absolutamente necesarias.

Nuestro Señor Jesús es el perfecto ejemplo de ello: Para poder ofrecernos eterna salvación, tuvo que entregar su vida con sumo sufrimiento, y pagar por nosotros la sentencia por nuestros pecados: La muerte.

De ello, aún siendo Dios, la Escritura nos dice que "fue perfeccionado", siendo para nosotros el ejemplo a seguir para poder llegar a ser "perfectos" para nuestro Dios.

Esto no quiere decir que la voluntad de nuestro Dios sea que vivamos de sufrimiento en sufrimiento, sino que en ocasiones debemos pasar por el duro "calor del horno del alfarero" para poder llegar a ser esa pieza perfecta que Él necesita para sus propósitos.

Si hoy estás afrontando una dura prueba, te insto, a que más allá de cuestionar a Dios o preguntar el por qué, descanses y esperes en Él, pues estamos convencidos que a su debido tiempo te enseñará cómo se glorificará a través de lo que hoy estás viviendo, y cómo su gracia transformará esta prueba en bendición.