lunes, 15 de abril de 2013

Del pastor a su discípulo: Investidos por el poder del Espíritu Santo


El evangelio según San Lucas 24: 49, narra uno de los últimos encuentros de nuestro Señor Jesucristo con sus discípulos y una orden que les dio: “He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”. Dicho poder llegaría unos días después en la fiesta del Pentecostés a través del bautismo del Espíritu Santo (Hechos 2:1-4).

Posteriormente el apóstol Pablo le preguntó a los efesios: “¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le respondieron: No, ni siquiera hemos oído si hay un Espíritu Santo” (Hechos 19:2). Al conocer esto el apóstol procedió a hablarles y a explicarle sobre El Consolador “Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban” (Hechos 19:6).

¡Esto es lo maravilloso de nuestro Dios! Nos brindó de su propio Espíritu, para que a través de su poder podamos dirigirnos en su voluntad. Como dijo nuevamente el apóstol Pablo a los romanos: “Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.

Dios te bendiga.

Douglas y Dayana García.

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