La carta del apóstol Pablo a los Filipenses en
su capítulo 4:4-7 dice: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo:
¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está
cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús".
¿Quién no se ha preocupado por lo que está
pasando a nuestro alrededor? Delincuencia, crisis económica, desempleo,
enfermedad y paremos de contar. Sin embargo nuestro Padre y Dios nos dice:
¡Regocijaos!
En ningún momento nuestro Dios nos está diciendo
que debemos olvidar ocuparnos de aquello que nos corresponde o son nuestras
responsabilidades, sino que a pesar de las circunstancias, y aún cuando
pareciera que se avecina una tormenta, podemos llegar ante nuestro Padre, y en
oración hacerle conocer nuestras necesidades, creyendo que Él podrá en todo
tiempo fortalecernos, guardarnos y suplir todas y cada una de nuestras
necesidades.
Recordemos a David: “¿Por qué te abates, oh
alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de
alabarle, Salvación mía y Dios mío”. (Salmos 43:5).
Dios te bendiga.
Douglas y Dayana García.
No hay comentarios:
Publicar un comentario