miércoles, 10 de abril de 2013

Del pastor a su discípulo: La victoria de Cristo.


El apóstol Pablo movido por el Espíritu Santo escribió a los corintios en su primera carta los siguiente: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? (1ra. Corintios 15: 51-55)

En la cruz del Gólgota, al momento de nuestro Señor Jesús entregar su vida en rescate por nosotros, pagó el precio demandado por nuestros pecados (Romanos 6:23), restituyéndonos como era al principio de la creación, según plan divino original, donde la muerte no era el destino deparado para el hombre.

¡Cristo venció a la muerte y nos da la seguridad de vivir por la eternidad!

Dios les bendiga.

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